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Nuestros buzones están donde siempre han estado, pero cada vez pasan más desapercibidos. Revisar el buzón diariamente es toda una rutina aún sabiendo que, como norma general, no encontraremos nada. O en el peor de los casos alguna factura. Hasta que un día recibes una felicitación navideña inesperada que quiere DARte la mejor noticia.

El buzón, el de toda la vida, sigue siendo un fantástico medio para llegar al cliente. Es cierto que su uso es contrario al medio ambiente, pero una comunicación dirigida al corazón del cliente, como una felicitación en fechas especiales que incluya un beneficio, puede convertirse en la mejor experiencia del año.

Una aplicación es el canal ideal para dirigirse al cliente de forma personalizada, pero su uso no siempre está muy extendido. Si tenemos en cuenta que los clientes pueden acceder mensualmente para consultar su consumo o factura, una app, con sus avisos y notificaciones, es un canal eficaz para ofrecer descuentos y promociones.

En el lado opuesto al buzón tradicional, se encuentra nuestro buzón de correo electrónico. El uso abusivo de spam y correo no deseado que existe, lo convierte en un canal utilizado por muchos clientes pero eficaz en pocos. Más de la mitad de los mails que recibimos acaban directamente en la carpeta de correo no deseado o la papelera de reciclaje.

Pero sin alejarnos demasiado de esa realidad, el correo electrónico es un canal idóneo para ofrecer información al cliente que, por su extensión, sería difícil mostrar por otro medio. Utilizar un asunto diferenciador y aplicar un uso adecuado de este canal de comunicación, provocará que el cliente identifique nuestra marca de manera positiva y revise nuestro contenido de forma periódica.

Pasamos muchas horas con nuestro móvil en la mano, pendiente de cada notificación que nos llega. ¿Quién utiliza hoy en día los SMS tradiciones?

El envío de SMS ya es algo inexistente para muchos, pero este canal sigue siendo una buena alternativa para recibir notificaciones de seguridad (de nuestro banco por ejemplo) y experiencias de comunicación. El copy debe ser corto y su efectividad se mide en poco más de 160 caracteres, salvo que utilicemos un sistema de comunicación más avanzado como el RCS.